PODRIDO : Siete formas de autodestrucción
Semana Diabla

PODRIDO : Siete formas de autodestrucción


Exposición anterior

En los primeros siglos de la existencia y conformación del cristianismo, diferentes teólogos encontraron en las ideas de Platón, una perspectiva filosófica que se ajustaba a sus creencias y concepciones de lo divino. Estos pensadores, priorizaron lo intangible del ser humano sobre lo material, llegando a condenar acciones naturalmente humanas que se relacionaban directamente con el cuerpo; categorizando las virtudes que agradaban a dios y los vicios que nos alejan de él, agrupándolos en una lista de faltas de las que parten todas las acciones pecaminosas que podríamos cometer.


Con el paso del tiempo, el cristianismo pasó de ser una secta del judaísmo a la religión hegemónica en nombre de la cual se hicieron conquistas, cruzadas e invasiones; lo que trajo consigo la imposición de su esquema de valores el cual fue utilizado para someter a los conquistados, convirtiendo los preceptos que en otros tiempos fueron guías espirituales, en un sistema punitivo de vigilancia, castigo y represión, convirtiendo al pecado en uno de los elementos principales con los que asociamos a la religión.


A pesar de ser conceptos que pueden ser considerados obsoletos, esta lista de pecados es aún relevante en nuestra sociedad postcapitalista: En una sociedad que premia la acumulación de bienes, el hiperconsumo y la producción desmedida, pareciera que la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la gula, la lujuria y la pereza, son fomentadas a través de los miles de estímulos que recibimos día a día. Haciendo una lectura más allá de lo impositivo de estos preceptos, cada una de estas transgresiones nos proporcionan un marco de comportamientos perjudiciales para el desarrollo humano. En esta exposición, se construirán imágenes que muestren las consecuencias que hoy en día experimentamos al ser regidos por la individualidad, el egoísmo y la avaricia, con el objetivo de evidenciarlas y así construir una sociedad más justa y equitativa, sin necesidad de un sistema que a través de la culpa, conduzca a sus individuos a portarse bien.

 

Dirección: Comitán 10, Hipódromo, Cuauhtémoc, 06100, CDMX

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